“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”.
2 Crónicas 7:14 NVI
Sobre el ayuno
El verbo “ayunar” significa abstenerse de comida. Como práctica cristiana, el ayuno es una acción voluntaria en la que el creyente, solo o en compañía de otros hermanos decide dejar de comer o de realizar alguna práctica cotidiana para disponer su espíritu y ser integral para escuchar a Dios, renovar su entrega y orar por necesidades tanto individual como colectivas.
El ayuno indicado en la Biblia se dirige a la humillación propia y a buscar el rostro de Dios. A través del ayuno, acompañado de la oración y la meditación en la Palabra, buscamos dirección divina para situaciones específicas, conocer la voluntad de Dios en alguna decisión o acción a tomar, y a recibir unción del Espíritu Santo y fortaleza para la vida o ministerio.
- Jesús explica sobre el ayuno en Mateo 6:16-18 y declara estas palabras:
a) “Cuando ayunen” (v.16)
Jesús anticipa que sus discípulos iban a adoptar la práctica del ayuno.
b) “No pongan cara triste como hacen los hipócritas, que cambian sus rostros para mostrar que están ayunando” - Al comparar estas palabras con Isaías 58:1-5 se descubre el mismo sentido, el ayuno no debe ser una acción externa o sustituto de una condición espiritual interna, no debe ser un ritual litúrgico sin significado real de la relación personal con Dios, ni un símbolo de orgullo espiritual sino una humillación genuina ante Dios.
c) “Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando” (v.17, 18) - No se ayuna para demostrar algo a las personas, sino que conlleva la confirmación de la comunión con el Señor.
d) “Y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público” (v.18)
Cuando el ayuno se hace con la motivación y actitud correcta se ven los resultados, porque Dios también responde de la forma esperada.
Modalidades de ayuno
(que menciona La Biblia)
AYUNO TOTAL
Este es el ayuno más radical que podemos hacer. En este no se come ni se bebe nada, el cuerpo no recibe ningún tipo de nutrientes.
Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!
(Ester 4:16 NVI)
Ester, sus doncellas, Mardoqueo y todos los judíos de la ciudad de Susa, decidieron estar tres días y tres noches sin comer ni beber nada antes de que Ester fuera a hablar con el rey. Ella iba a rogar por la vida de su pueblo. Podemos ver que es un ayuno muy radical, pero la situación tan crítica lo requería.
El ayuno total debe hacerse por períodos cortos de tiempo, por ejemplo: 6, 12 o 24 horas. Es muy importante no hacer este tipo de ayuno por más de tres días. Es recomendable hacerlo bajo supervisión médica, ya que el cuerpo no recibe ningún tipo de nutrientes y puede ser peligroso para la salud.
AYUNO CON AGUA
Este es el tipo de ayuno más conocido. No se come nada, pero se puede beber agua. Al permitir hidratarse puede ser un poco más extenso que el ayuno total, pero también es aconsejable consultar con un médico, de acuerdo con la disposición de tiempo que se requiera para hacer el ayuno.
Se piensa que este fue el ayuno que Jesús hizo por 40 días justo antes de comenzar su ministerio. Los Evangelios mencionan que Jesús dejó de comer y tuvo hambre, pero no dicen que tuviera sed. Leemos en el Evangelio de Lucas:
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
(Lucas 4:1-2 NVI)
Nota: Hay personas que deciden incorporar jugos de frutas o agua con gotas de limón al hacer este ayuno.
AYUNO PARCIAL
El ayuno parcial es un tipo de dieta que consiste en eliminar cierto tipo de alimentos. La idea es comer de forma sencilla para mantener el cuerpo funcionando sin comer en exceso o por placer. En la Biblia encontramos el ejemplo de Daniel, observamos cómo practicó este ayuno durante tres semanas (21 días).
Daniel dejó de comer comidas especiales (elaboradas o sabrosas) y carne. También dejó de beber vino. Este ayuno de Daniel es muy conocido y seguido, ya que es menos radical. Es más fácil para personas que tienen alguna condición de salud que no les permite realizar otro tipo de ayuno.
En aquella ocasión yo, Daniel, pasé tres semanas como si estuviera de luto. En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume. (Daniel 10:2-3 NVI)
Este ayuno puede ser más extenso, porque se elimina solo cierto tipo de alimentos y desgasta menos el cuerpo. Hay personas que deciden dejar de comer carne, otras dejan de lado los postres, dulces o golosinas. Es bastante común beber solo agua en lugar de jugos o refrescos durante este ayuno.
AYUNO DE ACTIVIDADES NO ALIMENTICIAS
La Biblia menciona otro tipo de ayuno que no tiene que ver con la comida. Se trata de dejar de lado por un tiempo cosas que no son alimentos. Por ejemplo, Daniel dejó de usar perfume cuando hizo el ayuno parcial de tres semanas (Daniel 10:2-3).
Este tipo de ayuno es para personas que deciden abstenerse de: el uso de dispositivos móviles (celular, tableta, laptop, etc.), las redes sociales, la televisión o cualquier otro entretenimiento o hobbies, o ayuno de cualquier cosa que signifique un sacrificio personal durante unos días, ya que desean usar ese tiempo para profundizar más en su relación íntima con Dios y enfocarse en buscar su voluntad. Este tipo de ayuno puede ir unido a un ayuno parcial de alimentos.
Conclusión: Sea cual sea el ayuno que escojamos, lo más importante es dedicar ese tiempo para buscar más de Dios. El énfasis debe estar en pasar tiempo con él, orando, adorándole y leyendo su Palabra. Debe ser un tiempo en el que todo lo demás pase a segundo plano para deleitarnos en escuchar la voz de nuestro Padre y en recibir lo que él quiera darnos.